Pensamiento musical boliviano

 

PENSAMIENTO MUSICAL BOLIVIANO

Remberto Paye Paye

 I.- MENTALIDAD PRIMITIVA

 En la época antes del descubrimiento de América, las poblaciones que habitaban el actual territorio boliviano poseyeron una cultura altamente evolucionada.

 ¿Cabe preguntarnos si esas culturas lograron elaborar una teoría musical, si inventaron algún sistema musical, o un pensamiento de la música?. Muchos historiadores opinan que los pobladores consideraban o tenían una idea de que la música es un arte divino.

 Según Josef de Costa, autor de la Historia natural moral de las Indias, afirmaba por ejemplo, que los indígenas en su concepción religiosa, hacían reverencia por todos los objetos que les rodeaban , veían en dichos objetos el arquetipo divino e invisible.

 Al culto a los fenómenos naturales, como ser sol, luna, pachamama, montañas, ejercían una influencia espiritual sobre los indios, y obviamente sobre la música. Ellos consideraban que la música no era inspiración humana sino divinas, por ello se ofrecían mesas rituales, los instrumentos eran venerados incluso echaban dentro de los tubos del instrumentos, vino y alcohol.

 Los indígenas hoy denominadas, naciones originarias vivían dentro del mundo en una especie de inmersión mística y mágica. Para ellos las piedras, las montañas, las fuentes, los animales, los astros y los meteoros eran objetos animado, dotados de vida y de poderes maravillosos.

 De acuerdo con las informaciones más dignas de fe que nos han transmitido los cronistas, según Francovich, los indígenas reconocían dos grandes categorías de seres mágicos: los que tenían influencia sobre las personas y los grupos familiares y los que extendían su influencia a las colectividades.  Los primeros se llamaban “conopas”; los segundos “huacas”.

 Los conopas eran una especie de amuletos. Los indios las guardaban cuidadosamente y con grande respeto. Eran generalmente objetos pequeños dotados de alguna particularidad excepcional. Eran conopas las piedras bezares, los cálculos y los cristales pequeños. Habían conopas artificiales hechas de piedras labradas. Tenían la forma de las cosas a cuya protección se destinaban.

 Las huecas eran los objetos mágicos venerados por todos los pobladores de una región o de una provincia. Así las montañas eran huacas, especialmente las montañas nevadas, ejemplo Illimani. Eran también huacas las rocas y las piedras, que merecían tanta mayor veneración cuanto más caprichosa era la configuración que tenían. Eran huacas los ríos, los lagos, las fuentes, la tierra que se llamaba pachamama, el mar, que se llamaba mamacocha. También eran los astros especialmente el sol y la luna, el rayo, el trueno, etc.

 Conopas y huecas, eran adoradas por los indígenas por los poderes mágicos que se les atribuían. Ahora bien dentro de este pensamiento, la música pertenecía a ambas divinidades: el Instrumento es materia, producto de la pachamama, y el sonido fruto de ese material, por eso tanto el sonido como el instrumento eran parte importante de la cultura aborigen y ejercían influencia directa sobre la conducta del hombre.



 II.- EPOCA PRECOLOMBINA

 Esta época supone el estudio de la historia desde lo primitivo hasta  la conquista española. Esta dividida a su vez en dos períodos: el prehistórico o de las culturas primitivas y el proto – histórico que comprende las culturas indígenas hasta el fin del imperio inca.

 En el período prehistórico se concebía a la música como una manifestación de origen divino, con poderes sobrenaturales y mágicos. En ese sentido era utilizada para atraer lluvias, buen tiempo o para curar enfermedades, eliminar hechizos, etc.

 Los indígenas realizaban sus fiestas de acuerdo con las fases y movimientos de la luna o solsticios y equinoccios, aun en los períodos más antiguos (siglo III) fueron usados instrumentos rústicos creados como imitación de sonidos bucales y fonéticos, en coordinación con movimientos y ritmos corporales. Los Instrumentos más usados son quena, tarka y el tambor. Las expresiones más comunes eran la música la poesía y la danza.

 En el período Proto-histórico surge el imperio colla, formado por los pueblos aymaras y posteriormente el imperio Inca. El desarrollo de estas culturas en diferentes campos de la ciencia y su capacidad de organización posibilitaron la construcción de obras de gran magnitud, algunas conservadas hasta hoy, paralelamente las artes también tuvieron un espacio importante de priorización y cultivo[1].

 Todos los autores coinciden, que la música cumplía funciones rituales y tenía vinculación con el calendario agrícola y los movimientos de los astros. En este sistema se identifico el sistema pentatónico.

 Los instrumentos descritos en este período son: antara o siku. La ejecución de este instrumento requería de dos personas o grupos. El primero tocaba la primera hilera denominada IRA, y la segunda ARKA. De esta manera la ejecución de este instrumento requería la participación de varias personas y no una sola persona. Por ello se considera que la música era colectiva y no una producción individual.

 La quena es otro instrumento importante esa época, al igual que el Siku o Zampoña, también se tocaban en tropa o grupos de personas (la tropa estaba compuesta por instrumentos: pequeño, mediano y grande).

 Dentro de los instrumentos de percusión el más conocido es Wankara.

 


[1] Aun con tras funcionalidades existen conservadas obras importantes como: vasijas, utensilios y armas hechas de madera, cerámica y metal con grabados de colores representando figuras zoo y antropomorfas y eso sin contar con los famosos templos como Tihuanacu. También hay poesías como el drama Ollantay y muchos otros.