EL QOIQO PINQUILLO Y LA PEDAGOGÍA DE LA RECIPROCIDAD
Por: Remberto Paye Paye
El qoiqo pinquillo es un instrumento musical aerófono que pertenece a la familia de las flautas de pico, siendo un artefacto musical que data de la época precolombina y actualmente vigente en toda la región andina especialmente entre los pobladores de habla aymara:
Los qoiqo pinquillos son flautas con agujeros digitales y con tapón, perteneciente a la familia de las flautas de pico, son interpretados en la época de lluvia o jallu pacha. El instrumento es interpretado en toda la región andina, por su variedad y morfología se puede adecuar para el aprendizaje de notación musical (Gutiérrez, R., y Gutiérrez, I., 2009, p. 2010)
Este instrumento musical se toca en la época de lluvia, invocando la llegada de los difuntos y termina en carnavales o tiempo de cosecha, siendo un instrumento musical que se utilizan para atraer lluvias, recibir a las almas en Todos Santos y alegrar las primeras cosechar o frutos de la pachamama.
Antiguamente los constructores de este instrumento musical aerófono lo realizaban con material del contexto, es decir en lugares donde existía abundantes cañahuecas se fabricaba de este material, y en otros lugares utilizaron huesos de animales o fémur humano, tal como lo afirma el historiador de la música boliviana Gainza (1996) “la costumbre de utilizar huesos es común en culturas andinas, por ejemplo en la Nazca, en que también se encuentran diversas flautas fabricadas con huesos de llama y aún con fémur humanos” (p. 59).
Hoy los fabricantes ya no utilizan los huesos, la mayoría utiliza material de cañahuecas o maderas que crecen en lugares cálidos, por ello su costo es accesible para cualquier persona en particular para los estudiantes del nivel secundaria que se aprestan a experimentar sus sonidos a través de la lectura musical.
Los organólogos no siempre lo catalogan como qoiqo, más lo denominan como pinquillo, porque el qoiqo es una adaptación de la quena y el pinquillo. La quena tiene siete orificios con bisel y el pinquillo tiene seis orificios y con tapón, en este caso lo denominamos qoiqo pinquillo que tiene siete orificios y con tapón, la cual facilita a los estudiantes a interpretar el instrumento musical y lo tocan como una flauta dulce y de esta manera el instrumento se convierte en facilitador de la lectura musical.
Actualidad del qoiqo Pinquillo
Nuestro país se caracteriza por una gran diversidad de aerófonos, quizás es la mayor riqueza cultural que tenemos como artefactos musicales. Existen diferentes variedades de pinquillos, tarkas, sikus, quenas, mohoceños, tanto melódicos como no melódicos que merece una investigación a profundidad y de esta manera mantener viva nuestras tradiciones musicales y estos objetos que forman parte del patrimonio cultural de los bolivianos.
En el pasado lamentablemente poco o nada se valoró, es por eso que poco a poco hemos ido perdiendo nuestro patrimonio musical, hasta los mismos historiadores se olvidaron a recuperar las melodías pentatónicas y por ello las nuevas generaciones han ido olvidando esa riqueza cultural tangible e intangible, tal como lo afirma Acosta (1982):
Desgraciadamente, la música en la América Latina por razones diversas ha permanecido como la música más ignorada de todas las que han producido las altas culturas de la humanidad. Salvo raras excepciones, hasta fechas recientes fueron pocos los musicólogos latinoamericanos que se interesaron por el estudio de la música ancestral de la América Indígena y durante mucho tiempo a prevalecido que el desarrollo de la música indígena fue escaso (p. 133).
En estos tiempos los aerófonos están cobrando vigencia y en muchas instituciones educativas han comenzado a valorar los instrumentos precolombinos a través de la práctica de los mismos, siendo esto un comienzo de procesos de valoración, recuperación y difusión de nuestro patrimonio cultural.
Consideramos que el uso de nuestros propios instrumentos y sus melodías pentatónicas en la formación de los estudiantes es como aprender la lengua materna, lo primero que los niños aprenden es la lengua materna y de forma progresiva van asimilando otros idiomas. De la misma manera nuestras melodías y creaciones pentatónicas son como el lenguaje materno, los niños y adolescentes se van familiarizando con el sonido, luego lo van produciendo y posteriormente van conociendo otras formas musicales.
Imirizaldu, al respecto menciona que:
La música folclórica es música viva, de alto nivel y constituye una serie interminable de obras de arte. A partir del siglo XX, Kodály junto con Bártok, comenzaron a recopilar cantos populares de Hungría. Los niños son capaces de comprender y disfrutar las reglas que gobiernan la estructura musical, la proporción de la forma y el refinado juego de sus partes a través de las canciones folclóricas. (p. 155).
Por lo tanto, el interés de recuperar las melodías, el uso de los instrumentos musicales propios de una región determinada no solo es una motivación de los bolivianos, sino también se da en diferentes países como en Hungría donde los musicólogos encontraron nuevas formas de enseñar música a partir de sus propios contextos y realidades.
Sistema musical del qoiqo pinquillo
La creación de la música precolombina se caracterizaba por el uso frecuente del sistema pentatónico, conjunto de cinco notas musicales con dichos recursos los compositores creaban melodías para el deleite de la comunidad y celebraciones festivas.
El sistema pentatónico según D`Harcourt citado por Gutiérrez (2009), señala al respecto que:
El sistema pentatónico es de uso común en muchas sociedades de Latinoamérica y especialmente en la sociedad quechua, así también señala que esta escala típica de los pueblos indígenas andinos, es diferente de la escala moderna y se caracteriza por la ausencia de semitonos. Entre los quechuas la escala pentatónica aparece haber sido la única, al menos desde nuestro punto de vista no tenía ni modulación ni armonía. La teoría moderna del encadenamiento de acordes nos ha conducido a descifrar solamente dos sucesiones por tercera inferior y por tercera superior, ligando un acorde perfecto mayor a otro menor y recíprocamente, de lo cual los quechuas no conocían ni siquiera los más elementales recursos. (p. 61)
El sistema pentatónico en nuestra cultura musical sigue vigente en la creación de las melodías folklóricas, por ello es importante mantener viva el pentatonísmo, particularmente en el proceso de creación musical o composición musical escolar, de esta manera enriquecer el repertorio musical y favorecer el aprendizaje de la música en la formación artística de los estudiantes.
Aprendizaje del qoiqo pinquillo
En las sociedades andinas, el aprendizaje de los instrumentos musicales se da a través de la tradición oral, donde los mayores van enseñando a los menores y de esta manera van manteniendo viva sus tradiciones musicales.
Este proceso de aprendizaje se da de manera natural, como parte de su vivencia comunitaria, donde el niño se va familiarizando desde su infancia y luego va imitando y reproduciendo los sonidos hasta formar parte del grupo de músicos. Por lo tanto es un aprendizaje empírico, basado en la experiencia personal y colectiva.
En las Instituciones Educativas, el proceso de aprendizaje de los instrumentos musicales se da por medio de sistemas no convencionales, es decir aplicando números otros signos para facilitar al proceso de asimilación de los sonidos o en el mejor de los casos los estudiantes aprenden al oído y experimentado la escala musical.
La educación cada vez es más sistemática y científica, por ello la enseñanza debe ser a través de un lenguaje convencional y universal, e introducir en las escuelas la lectura musical y para ello es necesario recurrir a sistemas musicales propias de la región como es el pentatonísmo e interpretar instrumentos con melodías creadas por la misma comunidad educativa, para favorecer aprendizajes significativos en el área de educación musical.
Pedagogía de la reciprocidad
Para desarrollar una educación musical con sentido, pertinencia y coherencia con nuestro contexto es necesario partir de la pedagogía de la reciprocidad, donde el aprendizaje debe ser compartido entre docente y estudiante, dejando a un lado la educación vertical o vaciado de conocimiento de parte del maestro hacia el alumno.
La música es cíclico responde al calendario agrícola: época de lluvia, seca y fría y por ello los músicos tocan de forma circular y no de forma vertical o en forma de luna como ocurre con las orquestas occidentales. En Europa los músicos interpretan sus sinfonías bajo una disciplina de rigidez, donde no hay movimiento o baile corporal, por eso sus pedagógicas son verticales o dirigidas por una sola persona.
En cambio en nuestra cosmovisión aymara, los músicos tocan de forma circular y están en permanente movimiento corporal, aquí no hay un director que dirige de acuerdo a sus exigencias estéticas, ni la rigidez de la interpretación de una obra musical.
Por lo tanto, la formación artística debe tener como paraguas a la pedagogía de la reciprocidad que consiste en:
La “pedagogía de la reciprocidad”, se caracteriza por tener una estructura relacional maestro-educando de carácter cíclico. Ya no estamos frente a una relación lineal, ni vertical, ni horizontal, sino precisamente cíclica. ¿Qué quiere decir esto? Que la relación entre profesor y educando ya no se da en términos de que uno es responsable por el otro, sino de que ambos son recíprocos y complementarios. El educando es recíproco con y por el maestro y éste es recíproco con y por el educando: esta interacción pauta y delimita la respuesta de los interlocutores, lo cual regula la conducta tanto del maestro como del educando en una sucesión recursiva que, además de estar determinada por la voluntad de los sujetos, se da en el plano de un uso comunitario del lenguaje… La “pedagogía de la reciprocidad” recupera los adelantos de las ciencias, la técnica y la tecnología, para fortalecer y desarrollar la reciprocidad con y por otros, moral siempre constituida por los valores de las culturas. (Quintanilla, p. 5).
La formación del nuevo artista debe responder a la pedagogía de la reciprocidad, donde el maestro y el estudiante se complementan, ambos son recíprocos es decir el estudiante va aprendiendo a tocar y el docente va reforzando el proceso de asimilación de sonidos.
Proceso de creación musical
El proceso de creación musical responde a la pedagogía de la reciprocidad, el maestro va componiendo algunas melodías y el estudiante debe ir complementando con otras notas musicales y de esta manera la creación musical se convierte en un patrimonio de la comunidad educativa.
El aprendizaje se convierte en un proceso significativo, porque el estudiante aprenderá a interpretar el instrumento musical con melodías propias de su creación y de esta manera la lectura musical es un medio de aprendizaje mediante el qoiqo pinquillo, de esta manera superar la educación tradicional donde el docente seleccionaba melodías de acuerdo a su criterio y en muchos casos fuera del contexto y se lo imponía al estudiante para que aprenda a tocar un instrumento.
Conclusión
La educación artística está en pleno proceso de sistematización, donde los métodos de estudio con enfoque participativo, colaborativo, recíproco cobran mayor fuerza en el proceso de enseñanza – aprendizaje, por ello es importante que en el área de educación musical se implemente en el proceso formativo el lenguaje simbólico de la teoría de la música, para evitar de esta manera una enseñanza empírica o la implementación de cualquier sistema no convencional.
Para lograr este proceso formativo es necesario e importante recuperar nuestros propios instrumentos musicales como ser el qoiqo pinquillo, un instrumento que día a día está cobrando importancia en la enseñanza de la lectura musical en los centros educativos de educación regular, por ser un instrumento cuya técnica es sencillo de interpretar melodías pentatónicas.
La implementación en el proceso formativo artístico del sistema pentatónico es factible y viable porque permite a los estudiantes aprender de forma creativa y sobre todo contextualizada, además es una forma de recuperar la tradición musical de nuestra cultura, y el uso de acuerdo el calendario agrícola.
Finalmente la práctica de nuestros instrumentos musicales permite recuperar y reflexionar sobre la pedagogía de la reciprocidad, donde el músico no solamente toca por tocar de manera individual, sino lo realiza de forma comunitaria es decir la ejecución de este instrumento musical tiene una lógica de tocar en grupos y pares. Asimismo la composición musical es de forma comunitaria con un enfoque de la pedagogía de la reciprocidad.
Bibliografía
Acosta L (1982) Música y descolonización. México: Editorial Presencia Latinoamericana.
Gainza, J. (1996) Historia Musical de Bolivia. La Paz. América Ediciones
Gutiérrez, R., y Gutiérrez I., (2009) Música, danza y ritual en Bolivia. La Paz. FAUTAPO
Ediciones.
Imirizaldu, U. (2011) Metodología de Kodaly, recuperado el 18 de octubre de 2019 de
Quintanilla, V. H. “Descolonización e intra-interculturalidad en educación: La pedagogía de la
reciprocidad” Recuperado el 12 de julio de 2017 de
https://es.scribd.com/document/113143884/Pedagogia-de-la-reciprocidad-Quintanilla/