LA MÚSICA MODERNA Y SU INFLUENCIA EN LOS JÓVENES
Nada
influencia tanto los valores y costumbres de la gente como la música” (Shu Ching, siglo VI A.C.).
Mucho se habla de la música que los jóvenes
están escuchando y de la polémica que algunos géneros musicales han desatado
por el contenido de su letra. Pero realmente, ¿los gustos musicales influyen en
la conducta de los adolescentes?
Según un artículo publicado por la
Universidad de Palermo, “la música llega a la memoria genérica, que son los
puntos más estables del ser humano pero que son modificables”, de tal manera
que la música influye y afecta la conducta de quien la escucha e influye en la
idea del bien y del mal, del honor, la ética y su concepto de los valores
porque hay una identificación e Impacta en la capacidad de juicio. Porque los
juicios son adquiridos y culturales.
La música influye definitivamente en la cultura, ha estado presente en la
historia de la humanidad desde sus inicios, se aprecia en las tradiciones de
los pueblos, en sus eventos como participante o como protagonista, y hasta como
icono representando una causa, un país o una persona.
Son conocidos por muchos los numerosos cuestionamientos y respectivos estudios
que se han realizado acerca de si la música moderna tiene algún factor
influyente en la conducta de los jóvenes, que son el grupo poblacional que
más la escucha. Por supuesto, la opinión en cuanto a este tópico está
polarizada. Mientras un grupo afirma que la música sí determina el
comportamiento juvenil, otros argumentan que ésta sólo afecta a los
adolescentes si no tienen definida su personalidad en bases sólidas y es
fácilmente manipulable, y el otro grupo sustenta que la música es sólo una
expresión cultural y que no tiene ningún tipo de influencia en los jóvenes.
Para analizar este tema hay que mencionar algunos datos relevantes: según
el Centro de Investigaciones Sociológicas y Eurostat (El País, 11.3.2000), el 78% de los jóvenes ente 18 y 24 años
escuchan música todos o casi todos los días. En una amplia encuesta
realizada a jóvenes entre 14 y 16 años, éstos escuchan música un promedio de 40
horas a la semana. Ahora bien, hay que anotar también que los jóvenes escuchan
música todo el día, desde que se levantan hasta que se acuestan, cuando van en
transporte, cuando esperan, en clases, en el tiempo libre, como música de
fondo, incluso cuando duermen. Entonces no cabe duda de que la música tiene
algún factor influyente en el joven.
La música se compone de ondas, éstas llegan al cerebro del oyente; se
afirma, pues, que es un estimulante, como todo estímulo provoca
respuestas, que son el resultado de la interacción entre el individuo y el
entorno. Aquí entra a jugar el conductismo; su máximo exponente, Watson,
considera que el conocimiento es una copia de la realidad y que el hombre es
una tabla en blanco donde se imprimen los datos de la realidad. Se confirma ya que
en el período de la infancia y juventud se forma el sistema de valores en el
ser humano. Al escuchar determinada música el joven va adquiriendo como propios
ciertos valores, opiniones y creencias en cuanto al bien, el mal, la moral.
Por su parte, y siguiendo en la misma línea, Bandura y Walters sostienen
que el hombre sigue un modelo de aprendizaje imitativo, que tiene una base
mediacional. El joven busca en la música su identidad y autonomía,
siguiendo los ídolos musicales y reforzándose en sus homólogos, genera
grupos de pertenencia, produce alienación. Y ahora se tocan temas que antes no,
como el sexo, las drogas, el alcoholismo, la prostitución, el satanismo y de
una manera permisiva, por tanto el adolescente imitará la conducta en cuanto a
estos tópicos guiándose por las letras de sus canciones preferidas.
La música, así, se puede enmarcar dentro de un proceso cognoscitivo en el
individuo, implica criterios ideológicos y psicológicos; la sociedad genera la
música como su producto cultural, vende un mensaje y se vale de la
significación inconsciente de palabras, actos y pensamientos (mencionada por
Sigmund Freud), para afectar al joven en su conducta y que éste siga comprando
su música. En este punto, es factible afirmar que la música tiene un
gran impacto en lo más profundo del individuo y que valiéndose de la
ruta que siguen los caracteres adquiridos para llegar a ser propios y
considerados verdaderos, modifican la conducta del joven que se encuentra en
una etapa muy susceptible, pues está formando su identidad.