La Música Boliviana
Desde
tiempos inmemorables las razas que conformaron nuestra Patria Boliviana, mezcla
de quechuas, aymaras, chiquitanos, chiriguanos, moxos etc.
Fue
venerada, con cantos y bailes empleando diversos instrumentos en todos sus
ritos y manifestaciones.
Una
de las mas importantes culturas indígenas fue Tiahuanacu, núcleo fundamental de
la gran cultura colla-aimara, con amplio conocimiento en la ejecución de
instrumentos de viento y percusión. De acuerdo a la practica y costumbres de
las primitivas civilizaciones la música tenia triple función: moralizadora,
religiosa y social.
Mediante
su sistema musical incásico llamado “Pentamodal” creaban su música agrícola de
gran vitalidad evocativa; su música ritual con profunda tonalidad expresiva; y
su música sentimental la que transmitía pasajes de lamento y penas.
La
mayoría de los instrumentos usados por los incas constituyen los de viento
hechos de piedra, tibias humanas, madera, cobre, y cañas, con los que se
fabricaban una serie de flautas de diversos tamaños, predominaban los de
percusión o membranófonos hechos con parches de cuero estirado sobre un tronco
o marco que servía como caja de resonancia.
Música en la Época Colonial
Tras
la conquista de los Españoles, junto a su idioma, religión y costumbres,
llegaron los primeros instrumentos musicales, las trompetas, pífanos (flautas)
y atabales (tambores), mucho después la vihuela y otros instrumentos de cuerda
y teclado, a través de los núcleos religiosos que se dedicaron a impartir la
enseñanza de la música culta y religiosa, iniciándose con ello la labor
pedagógica y cultural de la Iglesia Católica.
Por
las ordenes de Franciscanos, Dominicos, Jesuitas etc; Que en el afán de
evangelizar llegaron hasta las tribus de moxos chiquitanos, y todos los pueblos
y comarcas de toda la audiencia de charcas, capacitándolos en el manejo de
instrumentos musicales y una infinidad de artesanías, que fue la base para
crear mas delante los colegios y conventos.
La Música en la Época Republicana
La
llegada y posterior construcción de los primeros órganos en Sucre y Potosí,
facilito la practica y enseñanza de los pobladores, que iban creando obras con
motivos y lenguajes vernaculares, costumbristas cristalizando muy pronto formas
y géneros de música folklórica criolla, rescatando y clasificándola, fue de
gran valor el trabajo del Potosino Julián Vargas y del chuquisaqueño Alejo
Franco.
Después
de estrenarse el primer teatro de espectáculos en la ciudad de la Paz en 1847,
la creación de la Sociedad Filarmónica de Sucre 1834, la Estudiantina Paceña
1892, la Escuela Militar de música fundada en 1904, al que le sigue en
importancia y el Conservatorio Nacional de Música en 1907 dirigidas estas
instituciones por músicos extranjeros y posteriormente por directores Bolivianos,
estas se convierten en importantes centros de enseñanza y formación de los mas
destacados músicos y compositores que mas tarde se preocuparon de estructuraran
y formar la vertiente musical de nuestra patria.
Música folklórica
Es
imposible sustraerse a la realidad. Bolivia atesora el más rico potencial y
puro folklore nativo de Sudamérica.
La
música popular trae la herencia legada por antiguas culturas que habitaron, es
decir, conserva hondas raíces autóctonas.
La
música boliviana tiene amplia difusión en el mundo entero, genéricamente se
denomina "música andina", lo que ha permitido en muchos casos que los
países vecinos traten de apropiarse de ella.
Aunque
las tradiciones musicales de los Andes han evolucionado a partir de una serie
de influencias preincaicas, incas, españolas, amazónicas e incluso africanas,
cada región de Bolivia ha desarrollado tradiciones musicales características,
así como danzas e instrumentos.
Grupos
folklóricos
Aunque
en Bolivia existe una gran riqueza de talento musical por descubrir, los
intérpretes más importantes empiezan a influir sobre las tendencias y los
gustos musicales del mundo entero, gracias a sus grabaciones y actuaciones
ocasionales en el extranjero.
En
1965 Edgar "Yayo" Jofre formó un cuarteto llamado “Los Jairas”. Con
el ascenso de la música popular Jofré, junto con Alfredo Domínguez, Ernesto
Cavour, Julio Godoy y Gilbert Fayre, modificaron las formas de la música
tradicional, fusionándola con ritmos urbanos y europeos.
Posteriormente
aparecerán grupos como Wara, Paja Brava, Savia Andina y Los Kjarkas quienes
refinarán esta fusión. Los grupos de música nacional más representativos son:
Los Kjarkas, Savia Andina, Grupo Femenino Bolivia, Raymi Bolivia, Jach’a
Mallku, Amaru, Tupay, Kalamarka, Alaxpacha, Grupo Proyección, Bonanza,
Llajtaymanta, Wara, Arawi, Grupo Semilla, Surimana, Illapa, Maya, Música de
Maestros, Savia Nueva, Sin Fronteras, Qolqe Tikas, Awatiñas, Los Masis de
Sucre, etc.
Los
cantautores más destacados: José Zapata, Gladys Moreno, Orlando Rojas, Apolinar
Camacho, Nilo Soruco, Luzmila Carpio, Luís Rico, Pepe Murillo, Ema Junaro,
Enriqueta Ulloa, Juan Enrique Jurado, Yalo Cuellar, Matilde Casasola, Ana
Cristina Céspedes, Yalo Cuellar, etc.
Instrumentos folklóricos
Zampoña
o Sicu: La zampoña simple consta de diez a doce cañitas de bambú, dispuestas
una al lado de la otra y que dan la escala musical completa. Las cañitas llevan
abertura superior y obturada en la extremidad inferior.
Tarka:
Las Tarcas son flautas de madera de una sola pieza. Presenta una boquilla con
seis perforaciones en la parte media inferior y abierta en el extremo.
Pinkillo:
Después de la quena, de origen andina, de origen quechua y aymará. Es muy
similar a la quena, pero en la abertura superior lleva una boquilla semejante al
clarinete. Consta de siete agujeros y se ejecuta en forma vertical. En la parte
posterior lleva otra abertura para armonización.
Quena:
Flauta de caña hueca o bambú que produce sonidos dulces con aires melancólicos.
Toyo:
Tipo de zampoña de tubos gruesos que produce sonidos graves.
Charango:
Parecido a la bandurria, de tamaño pequeño y de cinco pares de cuerdas. Su caja
de resonancia genera una gama de agradables sonidos.
Guitarra:
Es el más difundido de todos los instrumentos musicales. Indudablemente no es
un instrumento autóctono pero su fuerte arraigo lo hace como el más común para
la música folklórica.
Chullo
chullo ó Chaskas: Patitas de cabra anudadas entre sí que al chocar producen
sonidos rítmicos y sirven para el acompañamiento.
Bombo:
Tambor grande de madera y cuero (Algo más largo que la caja).
Erke:
También llamado trompa o corneta, se construye con trozo de caña y cuero de la
base de la cola del vacuno. Suena como lamento lejano.